sábado, 15 de octubre de 2011

DESPUES DEL MAR

Desnudos, en la playa, después de 43 años casados.
Él le pone una mano en la pierna. Ella mira lejos, al mar, o después del mar. Ese espacio confuso donde todo está por decidir.
Ahora casi todas sus decisiones habían sido tomadas. Y estas le habían llevado a estar hoy día 16 de Agosto del 2011 con él en la playa.
Él tiene la curvatura de la boca hacia el suelo. Sus decisiones habían hecho descender la comisura de sus labios hasta formar una arco de medio punto.
Él le tocaba la rodilla pero ella no lo miraba. Como ya he dicho miraba después del mar.
Ella quería que la cocina hubiese sido amarilla. A él le daba igual. Pero ella interpretó su indiferencia como una negación del amarillo y la cocina acabó siendo verde.
Un verde condescendiente. Un verde que a nadie agradaba por completo pero tampoco desagradaba.
Antes de venir a la playa ella metió algo de fruta en una cesta y las sobras de la cena en un taper.
Él guardó el móvil en una bolsa plástica con cierre de zip.
Ahora él le toca la espalda mientras ella lee un mensaje encerrado en ese plástico hermético y ríe.
Llevo una media hora observándolos y es la primera vez que la veo reír.
Entonces pienso en cuánto tiempo llevaría yo sin sonreír y , por las dudas, sonrío.
Sonrío porque no me gusta pensar eso de que llevo mucho tiempo sin sonreír. Sonrío sin ganas, sólo como un ejercicio de labios. Para que mi boca no acabe formando un arco de medio punto como la de él. Para que mis comisuras se eleven.

No hay comentarios: