martes, 29 de junio de 2010

NARANJAS AMARGAS

A Joy

Nada debería de saber amargo por las mañanas cuando aún llevas pedazos de sueños incrustados en el pijama. 
Pero esta mañana sí...las naranjas tenían el sabor del “no quiero” y del “nunca”. 
No es así en su piel. En su cuerpo el jugo exprimido de la fruta sabe a “siempre”...”Siempre” en su cuello, “siempre” en su espalda...
Y es que mis naranjas tienen esos finales amargos que ella escupe frunciendo las cejas... 
Ella...ella es la Maga de Rayuela, ella es el jazz que suena en las buhardillas parisinas, ella es la dama de los vagabundos del Sena.
Y así, mordiéndose los labios, se pasea por mi recuerdo...con esa expresión del que acaba de aterrizar en un país extranjero.

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