martes, 29 de junio de 2010

EL DESENCUENTRO ENCONTRADO

Se espiaban entre las rendijas... Allí siempre hacía frío ...tanto frío...
Pero ya casi se habían acostumbrado, a eso y a la oscuridad...sólo en
ocasiones alguien encendía una luz que otorgaba existencia al exterior.
Lejos quedaban el sabor de la tierra y la flarmónica de los grillos .
Con disimulo se olían a través de los huecos, se susurraban cuando el otro
dormía, inventaban conversaciones a dos voces, imaginaban un posible día
que quizás nunca llegase...pero eso les hacía pacientes contra el frío y la
oscuridad que llenaban todo el espacio.
Nietzsche afrmaba que la esperanza es el peor de los males, pues prolonga
el tormento . Qué les importaba a ellos Nietzsche y su sabio pesimismo...
Ellos sólo existían para ese día, pidiéndole al destino que los incluyera en sus planes...
Pero en aquel invierno infnito hasta las expectativas se congelaban...
El olvido pronto llegó a la nevera y fue justo entonces cuando sucedió.
Sus cuerpos se rozaron, se estremecieron y convulsionaron.
Salpimentados y llenos de goce se mezclaron en la ensaladera.
Ella vestida de verde .Él se ponía colorado.
Y así fueron engullidos, tomate y lechuga, la pareja más apetitosa de aquel
verano.

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