miércoles, 30 de junio de 2010

EL RECORRIDO DE UNA LINEA

Al mirarla,sus ojos no pueden dejar de detenerse en ese surco de su mejilla que dibujaron las desdichas del tiempo ya desde aquella temprana infancia de tejados taciturnos.
Al mirarla,esa línea temblorosa que parte del lagrimal va descendiendo por su rostro y es ahí donde se confunde con los otros pliegues que forman sierras, mesetas y demás accidentes geográficos.
Fusionándose se torna río que por su cuello baja en catarata para acabar desembocando en un océano de leche.
El ombligo lo atrae hacia sí como un desagüe y allí se detiene unos instantes antes de perderse en su vello.
De todo el torrente que era, apenas un débil hilo de líquido confuso alcanza a llegar al muslo y , deslizándose por la pantorrilla, finaliza su recorrido.
Al mirarla, ve sus pies sumergidos en un charco.

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